viernes, 13 de octubre de 2017

El crimen de la pecueca


Amigos, cesó la horrible noche del vómito amarillo. La camiseta de los apátridas hiede a infamia.

No le basta a esa pandilla de emboladores de guayos con elevar el fracaso a la adulación del ridículo. Esta vez el señor Falcao, cual sirvienta roñosa, se dedicó con el hocico embozado, por la mano alcahueta, a negociar el fraude. Las guarichas ajustaron un paupérrimo resultado con los peruanos. Clásico de narcos, especie miserable de mercenarios.

La otra Colombia, la que lleva el tricolor tatuado en el alma, no entiende porque no han sido fusilados por la espalda él y su corte de bandoleros. Una cosa es el derroche de chauvinismo entre calentanos embriagados de frustraciones y otra, la abominable maldad de la traición a la Patria.

La selección fracaso de fútbol no es -no puede ser- la embajadora taimada de la fechoría untada de bárbara avaricia. Esa horda de mequetrefes no representa, con sus vulgares comedias de rufianes en garitos de tahúres, la nacionalidad de un país.

Pero en vano se gasta tinta. No pueden entender, son demasiados los golpes de balón en sus testas huecas.  Su sudor de  esclavos, vendido para el delirio de las masas embrutecidas por la cerveza, cumple con el oficio de las mulas adiestradas para la coz brutal,  el resabio de los semovientes.

Sus mandíbulas, escupidoras de sofismas, babearon algo de su propia podredumbre: Negociar la mediocridad de la esterilidad por la vergonzosa sombra de la cobardía, en pago de la ignominiosa marca de la deshonra.

Señor Falcao, estas líneas le envían un salivazo para su rostro de reptil.



viernes, 7 de julio de 2017

Colombia, leprocomio sin cura



Amigos, ¿cómo le explico a mi confesor que no puedo dejar de  vociferar contra la miserable pantomima gubernamental adiestrado por el delito para ejercer la mentira?

¿Cómo le hago entender que la doctrina social de la Iglesia  rechaza al comunismo? ¿Será que la carta encíclica Divini Redemptoris del sumo pontífice Pío XI sobre el comunismo ateo perdió su fascinante vigencia? (1937)

¿Qué le digo al médico?, si sufro de una variable editorial de la   Hipopotomonstrosesquipedaliofobia (temor a las palabras grandes) que me da nauseas incontenibles de devolver atenciones encima de Juanhampa.

No puedo comprender como el fiscal anticorrupción está preso por corrupto… San Pablo Morillo, mi más amado Pacificador, tú el gran humanista decimonónico resucita porque tu patria clama la benevolencia de tu paternal presencia...

Ni siquiera intento imaginar cómo hizo un delincuente contumaz para oficiar como obispo católico en las instalaciones del Icetex, durante más de seis meses.

Y el mal empeora. Los recursos del Estado fueron despilfarrados atendiendo al beato Timochueko mientras los pensionados reciben un acetaminofén para curarlos de una cardiopatía severa.

Por último, tengo una gragea atragantada en el alma. El santo padre Francisco no visitará el Santuario Mariano Nacional de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá porque las directivas de la Conferencia Episcopal Colombiana están convencidas de que el “mamertismo comunistoide” es parte del Evangelio de Cristo.

Doctor, ¿hay algún remedio contra el suicido histórico y moral?


miércoles, 3 de mayo de 2017

Día Internacional de la Libertad de Prensa

Peligro. Se alquila periodista independiente con amplios espacios de opinión


martes, 14 de febrero de 2017

El socio del delito



Juanhampa entró al selecto grupo de Odebrechet (Organización de estafadores brasileños radicados en Colombia y la Hispanoamérica tramposa).

La caída del rufián enmascarado hace el ruido propio de los lagartos asoleados cuando la carroña flota sobre la espesa nata del caldo presidencial. El sancocho hiede a mentira.

No podía ser otra la olla podrida porque cuando a un oligarca  criollo le da por jugar al “chegüevara” el ave carroñera, del escudo nacional, se fuga para no ser golpeada por el fajo de dólares. Soborno que le compulsa copias al archivo nacional del fraude.

El plutócrata decadente es la decepción hecha trampa. Es la floración extraña del esquirol que, con un gesto de burla a la ubre manoseada, diseña la otra estafa para el brazo irregular del poder.

Grita su inocencia de simio enajenado y pide que lo investigué el Consejo  Nacional de los Juguetes. Comienza la orgía absorta e invisible de las preclusiones. Es la hilera sucesiva del  amazónico embuste.

La mascarada de sus vicios sensoriales invierte en la rapiña de la gusanera preelectoral. El cómplice de la paz prepagada, vive desvelado cual suripanta en carnaval.

Aguarda agazapado… Y se levanta alevoso para saciar su sed de peculados. El burdo carcamán patrocina los retozos de la democracia zurda, marihuana y marxismo, mientras se fuma el futuro vial de la aldea esquinera.

Solo falta que a su compinche, la anquilosada Isabelita segunda, le de por entregarle el título de “sir”, como hicieron sus antepasados con el pirata Drake. Dando origen al síndrome universal de Odebrecht, la oligarquía al servicio del crimen.


jueves, 9 de febrero de 2017

Feliz día periodista


Estas eran las herramientas de la cultura. Hoy solo queda la dictadura de las redes sin sociedad.

viernes, 20 de enero de 2017

Tío Donald

Dios guarde a los Estados Unidos de América. Por fin salió la mancha moral de la Casa Blanca.  Viva el detergente republicano.

jueves, 5 de enero de 2017

La ergonomia hospitalaría



 Por favor, enfermera, me sube la cama...
Claro, señor. Utilizaremos la tecnología de punta de un hospital de nivel cuatro.


fotos: Jaime Alfonso Castaño Rueda