Lo
peor que le puede pasar este viernes al fútbol es que la Selección de Pekerman
gane…
Porque
ese acto criminal de la tara muisca no será la consecuencia superior de un
juego sino la venganza trapera contra el patrón del continente… goleada por la
espalda de la mediocridad carioca… una canallada similar al 5-0 contra la Argentina …
Además,
la mortandad de indios embotinados será proverbial. Ritual de cafres
trasmutados. Triunfo de la barbarie sobre la euforia. Y como si fuera poco la
premeditación del delito deportivo tendrá su titular de sangre: “Control
ecológico de la plaga embrutecida”.
La
prepagada prensa de los periodistas, amarillos y amarillistas, convertirán
automática al onceno en campeón mundial 2014, 2018 y 2022. La respuesta del
equipito será una colombianada digna de un registro coprológico. En la semifinal
va ganando uno cero, pero en los últimos segundos del tiempo extra hacen un
autogol. Se van a las penas máximas y quedan por fuera de la final… Es la
autonomía plena del derecho al fracaso… Oh júbilo inmoral, oh mortandad ebria
de embuste y guaro…
Santa
Rita, Patrona de los Imposibles, líbranos del triunfo sicótico. La enjalma de
la derrota, herencia de Maturana, es el mejor remedio para el vómito negro o
fiebre amarilla…