Así
que le ruego el favor a la recalcitrante izquierda del lápiz no usar la
libertad de expresión para masificar sus actos de terrorismo intelectual,
barbarie incruenta. Ese ataque propio de comunistas fanáticos es una vergüenza
mundial.
La
imagen y la creatividad no son armas para escudar las falencias morales detrás
de los monigotes. Y no se olviden de que ofendieron gravemente a la cristiandad
bajo la solapada protesta de su vileza.