Queridos lectores: ¿Qué hacemos con Farsolandia? Ella le huye a la honestidad y la cordura porque es alérgica a cualquier principio de evolución civilizada Este cronista, en un gesto de democracia muda, decidió no derramar más tintas sobre la identidad de un país de políticas desgraciadas porque la finca de los cocaleros es un monumento a la debacle del oprobio. Sin embargo, y pasados unos días de severo reposo, se intentó comprender un error sin tregua: ¿Cómo, carajos, hicieron el alcalde Peñaloza, su comitiva y los guías para extraviarse durante nueve horas en los jardines boscosos entre los cerros tutelares de Bogotá, Monserrate y Guadalupe? La respuesta amerita otorgarles el premio al testículo dorado modalidad Everest. Versión gónada inflamada.
Por caridad cristiana con el sentido común, por favor dígame que eso no ocurrió... un alcalde perdido en los montes de su ciudad... joder con el tipejo
El pisco de zancas largas y sus corifeos no saben de mapas, brújulas, rutas, rosa de los vientos, gps, y otras herramientas que dejaron entre la ciudad que siempre estuvo al occidente de los cerros orientales...
La farsa como alma es lo que se inserta como hasta viril por el moyo ignorante de la masa. Ningún perdido don Peña-loza, solo un treta comunicacional para doblegar lo bosques y abrirles caminos comerciales.
Paola y Leonardo pusieron la peña en la loza de asfalto que le aguardan a los bellos cerros bogotanos. Como siempre la farsa fue la única verdad del alcalde sofista.
Entre risas y asombro, leí su articulo. La situación vivida por el alcalde peñaloza y su comitiva, es digno del premio universal a la estupidez congénita, premio a la virtud del fracaso, a la payasada del siglo, a la ineptitud. La siguiente frase de vería ser el eslogan de la alcaldía de Bogotá: "La experiencia es algo maravilloso. Te permite reconocer un error cuando lo vuelves a cometer"
8 comentarios:
Queridos lectores:
¿Qué hacemos con Farsolandia? Ella le huye a la honestidad y la cordura porque es alérgica a cualquier principio de evolución civilizada
Este cronista, en un gesto de democracia muda, decidió no derramar más tintas sobre la identidad de un país de políticas desgraciadas porque la finca de los cocaleros es un monumento a la debacle del oprobio.
Sin embargo, y pasados unos días de severo reposo, se intentó comprender un error sin tregua: ¿Cómo, carajos, hicieron el alcalde Peñaloza, su comitiva y los guías para extraviarse durante nueve horas en los jardines boscosos entre los cerros tutelares de Bogotá, Monserrate y Guadalupe?
La respuesta amerita otorgarles el premio al testículo dorado modalidad Everest. Versión gónada inflamada.
De acuerdo, Peñalosa es un gigante en realizar tonterías. Quizás estaba trabado de monte... solo se le perdió una ciudad
Solo en Colombia la gente inteligente elige a una bestia para que los gobierne.
Por caridad cristiana con el sentido común, por favor dígame que eso no ocurrió... un alcalde perdido en los montes de su ciudad... joder con el tipejo
El pisco de zancas largas y sus corifeos no saben de mapas, brújulas, rutas, rosa de los vientos, gps, y otras herramientas que dejaron entre la ciudad que siempre estuvo al occidente de los cerros orientales...
La farsa como alma es lo que se inserta como hasta viril por el moyo ignorante de la masa. Ningún perdido don Peña-loza, solo un treta comunicacional para doblegar lo bosques y abrirles caminos comerciales.
Paola y Leonardo pusieron la peña en la loza de asfalto que le aguardan a los bellos cerros bogotanos. Como siempre la farsa fue la única verdad del alcalde sofista.
Estimado Redactor:
Entre risas y asombro, leí su articulo. La situación vivida por el alcalde peñaloza y su comitiva, es digno del premio universal a la estupidez congénita, premio a la virtud del fracaso, a la payasada del siglo, a la ineptitud. La siguiente frase de vería ser el eslogan de la alcaldía de Bogotá: "La experiencia es algo maravilloso. Te permite reconocer un error cuando lo vuelves a cometer"
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