Por Julio Ricardo Castaño Rueda
Los venezolanos piden limosna en Colombia como consecuencia de un asunto criminal
del chavismo: el hambre, hecha con excremento cubano. Triunfo del bolchevismo
bolivariano.
Las víctimas de la defecada ideológica se arremolinan en las ciudades
nacionales para intentar limpiarse de la inmunda impronta comunista.
La invasión de los esquiroles coprófagos produjo la desaparición forzada de los
pordioseros de la próspera finca coquera. Los limosneros de Bogotá abandonaron
su tradicional oficio de extorsionar con lamentos el bolsillo del viandante. Cesó
la horrible noche de su júbilo indigesto.
La tramoya de su ausencia consistió en un maquiavélico gesto de la
taumaturgia criolla. La paupérrima economía del rebusque se desvaneció como por
arte de Juan Manuel Santos y sus falsos positivos.
¿Dónde están los menesterosos de la patria del doble bicentenario de
independencia (2010-2019)? ¿Qué pasó con la Corte de los Milagros, la de Víctor
Hugo y su jorobado de Nuestra Señora, en versión calle del Bronx? Las preguntas
para la predestigitocracia del DANE siguen afónicas de tanto vociferar sin
tregua ni esperanza.
Mientras las respuestas se cuecen en las cacerolas de los sofistas este
cronista se abstiene de dar una pieza de cobre al migrante con acento “veneco”.
Aquí sí exigen, con tono alevoso, unos pesos para comer como los reyes de la
industria de la mendicidad. Pero allá callaron acobardados por la letalidad del
bochinche con olor a tabaco maduro.
¿Será que los mendigos colombianos se nacionalizaron venezolanos para poder
aspirar a un rollo de papel higiénico bimestral por familia?
2 comentarios:
bella forma de preguntar por le nuevo delito
la invasión de Vene-zuela patrocinada por los criminales comunistas de las finca de los falsoso positivos
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