lunes, 19 de mayo de 2008

El siglo de las guerras

La desmembración a peinilla, patrimonio inmemorial colombiano, tuvo su época de luces negras. La Patria Boba y sus engendros escogieron el siglo XIX para experimentar con el crimen en forma de bochinche, revolución, independencia, conato, motín, atentado, secesión, constitución, sectarismo y alharaca de chichería.

La pregunta del paredón es: ¿Cuántas guerras civiles hubo en Colombia durante el siglo XIX? La respuesta exacta es que las cuentas no cuadran. Los ejemplos son contundentes.

Los historiadores Jorge Villegas y José Yunis escribieron en su libro La Guerra de los Mil Días: “…El siglo 19 en Colombia fue un permanente guerrear. Comenzó con los 14 años de guerra de independencia, que se prolongó hasta 1824 en la batalla de Ayacucho; durante el resto del siglo se dieron 8 guerras civiles generales, 14 guerras civiles locales, dos internacionales, y 3 golpes de cuartel; para rematar el convulsionado siglo en la guerra de los 1.000 días…”. Las guerras suman 26.

Eduardo Lemaitre en su obra Rafael Reyes citó: “…En los 73 años transcurridos desde 1830 hasta 1903, habían tenido lugar en Colombia nueve grandes guerras civiles, catorce guerras civiles locales, dos guerras internacionales y tres golpes de cuartel. Avaluadas por lo bajo, como lo hiciera en cierta ocasión don Jorge Holguín…”. Las guerras suman 25.

El oráculo del siglo XXI, la Internet, tiene otras cifras. La enciclopedia Wikipedia presenta dos tablas de contenidos: “Guerras civiles de Colombia en el siglo XIX”. La primera señala 10 guerras y la segunda 11. ¿Por qué será que en Farsolandia la suma de dos más dos es igual a cinco tercios y medio? La realidad histórica demuestra que las fechas y los sucesos sí coinciden con la tragedia.

Ahora, para desenredar el misterio vernáculo de las contiendas, es necesario fijar ciertos criterios que ayuden a esclarecer las cifras.

El Diccionario de la lengua española define guerra civil: “La que tienen entre sí los habitantes de un mismo pueblo o nación”.

En Colombia, el fenómeno bélico se dio de todas las formas y estilos. Ocurrieron guerras de semanas, meses, años y la que nunca existió. El 28 de julio de 1899, el presidente Manuel Sanclemente creó una guerra por decreto. Carlos Martínez Silva en la revista El repertorio colombiano, del 30 de agosto de 1899, escribió: “…Desde el 28 del pasado julio, nos hallamos oficialmente en estado de guerra en los departamentos de Cundinamarca y Santander. El gobierno lo ha decretado así, aunque la guerra no exista…”. Los bogotanos de antaño la llamaron la “Guerra Incruenta y Pacífica”. Las únicas batallas fueron de flores. (Farsolandia admitió que los heridos resultaron víctimas de las saetas de Cupido).

La tramoya no le quita a nuestros protogenocidas sus grandes aportes al desarrollo del conflicto nefasto, la carnicería degradada sobre el lomo labriego. La chispa guerrera la encendió la vanidad de los “chafarotes”, mediocres y arribistas. Los verdugos de la Patria asesinaron para lucrar sus vicios de rameras. Cualquier calentura, que les cupiera en la mollera de sus cuerpos desalmados, fue puesta en fase experimental en el laboratorio del delito.

Entonces, y de acuerdo con un esquema simple de ordenamiento de sucesos, intentaré resolver la incógnita. Evitaré, en lo posible, el comentario cáustico, pero no es una promesa formal. Para el cronista es un imperativo moral denunciar un tema que es absolutamente perpetuo e inmutable en Farsolandia, la mentira.

Suprimiré las citas bibliográficas. A cambio haré un brevísimo resumen sobre los hechos. Así podré dedicarme al supremo placer de pontificar, razón sublime de la cátedra.


1. La Primera Guerra Civil, 1812-1813.

La reyerta callejera de 1810, entre criollos y pulperos, sirvió para que el afónico grito de Independencia se convirtiera en un alegato de alevosos. Los hijos de la boba patria se dividieron en federalistas y centralistas. El presidente de las Provincias Unidas, Camilo Torres, y el presidente de Cundinamarca, Antonio Nariño, nunca se pusieron de acuerdo sobre el fin de la emancipación.

El 4 de octubre de 1812 se reunió el Congreso en Villa de Leyva. Los perjuros deciden hacerle la guerra a Cundinamarca. Después de la derrota de los federalistas, en la batalla de San Victorino (9 de enero de 1813), se firmó la paz y la unión contra el enemigo común, España.

2. La Primera Guerra de Independencia, 1813-1814.

La Campaña del Sur, liderada por Antonio Nariño, combatió por la causa independiente. Los pastusos, fervientes devotos de la monarquía española, lo derrotaron. Los patianos y pastusos sentían devoción fanática por el rey Fernando VII. Las memorias de un abanderado de José María Espinosa narran el fin de aquella intentona heroica.

3. La Segunda Guerra Civil, 1814-1815.

Federalistas contra centralistas. Bolívar se tomó a Santa Fe de Bogotá con la ayuda de los federalistas. Luego emprendió la Campaña de la Costa (1814-1815). Cartagena de Indias, bajo el control de Manuel del Castillo y Rada, le niega el apoyo a Bolívar. El futuro tirano le pone sitio durante mes y medio a La Heroica. Al llegar el Pacificador a Venezuela y, atacado por los realistas de Santa Marta, Simón Bolívar huye para salvar el pellejo. El gran estratega de la fuga se embarcó, el 9 de mayo de 1815, con rumbo a Jamaica.


- La Reconquista Española, 1815-1816.

La contraofensiva ibérica inició con el sitio de Cartagena por don Pablo Morillo. Lo imperdonable de este episodio, único y feliz, es que haya dejado escapar a Francisco de Paula Santander Omaña.

- El Régimen del Terror, 1816-1819.

Nombre que recibió el período impuesto a los traidores al Rey por el magnánimo Pablo Morillo, conde de Cartagena. Época sostenida por Juan Sámano. La Huerta de Jaime (¿Parque de los Mártires?) fue testigo del fusilamiento de una caterva de traidores que se autoproclamaron: “Altezas Serenísimas”.

4. La Segunda Guerra de Independencia, 1819-1824.

Los hechos bélicos los determinan la Campaña Libertadora y la posterior independencia de la Nueva Granada. La Gran Colombia ayudó a liberar al Perú y Bolivia (1822-1824).

5. La Guerra contra el Perú, 1828-1829.

Las relaciones entre Lima y Bogotá eran tensas por la existencia de cuarteles colombianos en Bolivia (Alto Perú). El general Agustín Gamarra, un peruano expansionista, quería anexarse Bolivia. Él montó cierta trifulca para sacar al mariscal Antonio José de Sucre del Gobierno. Bolívar le declaró la guerra al Perú por intervención armada en Bolivia.

En noviembre, la escuadra peruana bombardeó a Guayaquil (puerto de la Gran Colombia) y fue rechazada. Más tarde, el general La Mar invadió las provincias de Loja y Cuenca. Combates con Sucre y movimientos estratégicos. Y por fin, en la batalla del Portete de Tarqui (27 de febrero de 1829) los soldados colombianos, bajo el mando del Mariscal de Ayacucho, les propinaron a los peruanos una derrota en toda la línea. Fin de la pugna. Los límites entre los dos países se fijaron de acuerdo con la división política del Virreinato de la Nueva Granada en 1809. Lástima del lote.

6 La Guerra Civil de 1828.

El conflicto comenzó con los levantamientos en el Cauca de José María Obando y José Hilario López. Los felones proclaman la Constitución de Cúcuta (1821) y le declaran la guerra a Bolívar. El dúo de traidores anexó parte del territorio sur al Ecuador.

Obando derrotó en la batalla de La Ladera (noviembre de 1828) a Tomás C. Mosquera. El oficial batió un registro de velocidad por fuga en combate. El patrón abandonó las tropas y cruzó la cordillera central para ponerse a salvo.

El general José María Córdova restauró el orden en la provincia. Bolívar, para premiar a sus enemigos, expidió un indulto (enero de 1829) que luego fue ratificado por el Tratado de Juanambú, el 2 de marzo de 1829.

7. La Guerra Civil de 1829.

La sustenta la rebelión del general José María Córdova en la provincia de Antioquia contra la dictadura de Bolívar (septiembre-octubre de 1829). El héroe de Ayacucho, fue asesinado por el mercenario irlandés, Ruperto Hand, después de haberse rendido en la batalla del Santuario.

8. La Guerra Civil en Cundinamarca, 1830.

El choque lo inició la insurrección del batallón Callao. Combates en Zipaquirá y cerca de Santa Fe de Bogotá. Derrocamiento del presidente Joaquín Mosquera, agosto 27 de 1830. Después de la capitulación el poder quedó en manos de los revolucionarios.


9. La Guerra Civil de 1830-1831.

La dictadura del general Rafael Urdaneta, contra las huestes santanderistas, partidarias de la anarquía jurídica, no tuvo éxito. La pelea finalizó con el Convenio de las Juntas de Apulo, abril 28 de 1831.

10. La Guerra Civil en el istmo de Panamá, 1831.

La segunda separación del Istmo en siglo XIX (del 9 de julio al 29 de agosto de 1831) gestó el encuentro de armas. El general venezolano Juan Eligio Alzuru, apoyado por mercenarios, derrocó al general José Domingo Espinar y se convirtió en tirano. El déspota fue vencido en combate por Tomás Herrera y fusilado.

11. La Guerra Civil de 1839. (La Revolución de los Conventos. Mayo-agosto).

El Congreso de 1839, motivado por ciertos intereses oscuros, expidió un decreto por el cual se suprimían unos conventos de Pasto. Los recintos religiosos eran San Francisco, La Merced, Santo Domingo y San Agustín.

Los pastusos se amotinaron, derrotaron a las tropas oficiales y obligaron a capitular al gobernador. Los monarcas de la Sabana le mandaron a Pedro Alcántara Herrán que resultó vencido. Se firmó el Indulto de los Árboles, el 30 de junio de 1839.

La tregua se rompe y la matanza continúa. Dos meses después, en la batalla de Buesaco, Herrán impone la paz con las bayonetas oficiales.


12. La Guerra de los Supremos, 1840-1842.

Los gamonales decimonónicos luchan por el gran poder feudal.
En julio de 1840, después de que José María Obando decidiera someterse al Gobierno de José Ignacio de Márquez se enciende la revuelta. La obediencia tenía un fin. Obando sería juzgado por el asesinato del mariscal Antonio José de Sucre. Márquez violó el acuerdo de Los Árboles. El sindicado se fugó de la cárcel e inició un alzamiento para devolverle, según él, la libertad y la integridad a la Nueva Granada.

Obando se hizo llamar: “Supremo Director de la Guerra en Pasto, General en Jefe del Ejército Restaurador y Protector de la Religión del Crucificado”.

Ante la baladronada, los demás caudillos de macheteros no podían quedarse atrás. Ellos optaron por la misma payasada. Reyes Patria, en Tunja; Juan A. Gutiérrez, en Cartagena de Indias y Salvador Córdova en Antioquia, entre otros truhanes, se denominaron “Comandantes Supremos” de sus propias peonadas. De esa farsa sangrienta surgió el nombre de: “Guerra de los Supremos”.

El infortunio finalizó con el acuerdo de Sitio Nuevo entre Pedro A. Herrán y los Supremos de la Costa Norte.

13. La Guerra Civil de 1851.

La falsaria revolución económica y masónica del presidente José Hilario López ofendió a los conservadores. Ellos no querían entregar sus dominios ni popularizar sus costumbres, herencia colonial de los encomenderos.

El señor López, motivado por su eterna vocación de asno, se dejó montar del partido liberal (radicales). La bancada roja logró expedir la Ley de 15 de mayo de 1850 que destacó la pasión por el embrutecimiento formal: “…El grado o título científico no será necesario para ejercer profesiones científicas…”. “…Suprímese el grado de bachiller. Suprímense las universidades…”.

Ante la aberración académica, la guerra resultó un invaluable patrimonio cultural colombiano.

14. La Guerra Civil de 1854.

La Constitución de 1853 fue la disculpa para atizar los odios entre artesanos y cachacos. (Ruanas contra casacas). Barrio de la Catedral contra barrio de las Nieves.

El pueblo raso apoyaba al presidente José María Obando y su comandante de Ejército, José María Melo. Los artesanos de las Nieves no gustaron de la nueva Constitución por considerarla patrimonio de la gentes con monopolios, los gólgotas (liberales).

El 17 de abril de 1854, el general José María Melo depuso a José María Obando con el respaldo popular. Automáticamente, la oligarquía liberal y conservadora se unió para tumbar la dictadura del golpista. La guacherna no tiene derechos.

Mosquera y su yerno, Pedro Alcántara Herrán, apoyados por el dueño del Tolima Grande, José Hilario López, se juntaron en un delirio de asesinos. Fundieron sus ejércitos privados. La batalla final la ganaron los amos de la mentira. Bogotá, diciembre 4 de 1854. A los chusmeros vencidos los enviaron a Panamá para que se los tragara la malaria.


15. La Guerra Civil en el Estado Soberano de Santander, 1859.

Los coroneles conservadores Habacuc Franco y Juan José Márquez se levantan en armas contra el Gobierno del Estado de Santander. Pendencia del 2 de marzo al 4 de abril de 1859.

16. La Guerra Civil en el Estado Soberano de Bolívar, 1859.

Los liberales se rebelan contra el Gobierno de la Confederación. (26 de julio de 1859). Nombran al general Juan José Nieto jefe del ejército revolucionario. Él alistó contingentes que batieron, en varios encuentros, a las tropas oficiales.

17. La Guerra Civil en el Estado Soberano del Cauca, 1860.

El coronel José Carrillo por orden del presidente de la Confederación Granadina, Mariano Ospina Rodríguez, intentó derribar al intendente del Cauca, Tomás Cipriano Mosquera. El 26 de enero de 1860, Carillo le pone sitio a Cartago. Mosquera envió al general Pedro José Murgueitio que murió en combate. El 22 de febrero Carillo abandonó Cartago. El fin de la lucha abrió la siguiente fosa para sepultar la vida campesina.

18. La Guerra Civil de 1860-1863.

El presidente Mariano Ospina Rodríguez quería modificar la estructura administrativa de los Estados de la Confederación por medio de las armas. Se le opuso el partido liberal, defensor del federalismo. Ospina decretó borrar del escalafón militar a Mosquera y lo declaró subversivo y sedicioso (4 de abril de 1860). Tomás C. Mosquera respondió con la separación del Cauca de la Confederación Granadina (8 de mayo de 1860). Los conservadores perdieron el conflicto. La Constitución de Rionegro (1863) cambió el panorama político.


19. La Guerra contra el Ecuador, 1863.

Las fuerzas ecuatorianas, lideradas por Juan José Flórez, invaden el sur de Colombia. El fin del trágico sainete sucedió en la batalla de Cuaspud, Nariño (6 de diciembre de 1863). Al Tratado de Pinzaquí (nombre de la finca de Flórez) lo único que le faltó fue agradecerle a las tropas enemigas por el ataque. Lo firmó, el 30 de diciembre 1863, Tomás C. Mosquera.

20. La Guerra Civil en el Estado Soberano de Antioquia, 1864.

Pedro Justo Berrío encabezó un alzamiento conservador que destituyó del mando al radical Pascual Bravo. Los antioqueños no quisieron someterse a una autoridad que había perseguido a los conservadores que apoyaron el anterior régimen. No perdonaron, el destierro del obispo Domingo Antonio Riaño. La revuelta se armó en el sur y en el oriente del Estado. La guerra acabó con el dominio de Bravo. Berrío, el vencedor, fue aclamado como presidente. En abril de ese mismo año (1864) logró el reconocimiento del Gobierno Federal y mantuvo el Estado dentro de la Unión Colombiana.

21. La Guerra Civil en el Estado del Cauca y conatos de insurrección en Cundinamarca, Boyacá y Tolima, 1865.

Los conservadores se sublevaron contra el Gobierno de Estado del Cauca (19 de octubre de 1865). Las tropas estaban capitaneadas por el general Joaquín María Córdoba. Los alzados obtuvieron un triunfo a orillas del río Tuluá, el 23 de octubre y el 26 del mismo mes los derrotó el general Eliseo Payán en La Polonia.

El presidente de los Estados Unidos de Colombia, Manuel Murillo Toro, elevó el pie de fuerza del Ejército a 10.000 hombres para controlar la situación bélica en Cundinamarca.


El movimiento contra el presidente del Estado del Tolima, Clímaco Iriarte, fue sofocado en pocos días. La lidia no pasó a mayores males porque los jerarcas conservadores desautorizaron la ofensiva. Los generales godos como Espina, Diago, Posada Gutiérrez y Ucrós se pusieron a órdenes del Gobierno. El orden público se restableció en Cundinamarca el 30 de noviembre y el 6 de diciembre, en el Tolima. Antioquia apoyó a Murillo Toro y prohibió los sublevamientos en su territorio.

22. La Guerra Civil en el Estado Soberano del Tolima, 1867.

La alianza nacional, entre conservadores y radicales, para derrocar al presidente Tomás C. Mosquera se tradujo en una corta matanza civil. La recuperación del poder federal quedó en las manos de los godos.

23. La Guerra Civil en el Estado Soberano del Cauca, 1867.

El 16 de agosto se alteró el orden público en el cantón de Supía. Después, el levantamiento armado se realizó en Tumaco y Barbacoas. Como consecuencia se reclutaron fuerzas nacionales en el Tolima y se acantonaron tropas de la Guardia Colombiana en Manizales. Los mosqueristas temían una invasión al Cauca por parte de la Unión.

La razón del conflicto era las luchas entre las facciones liberales. Los cofrades del delito optaron por el diálogo entre puñales. Las espaldas las colocaron los labriegos.

El Gobierno del mosquerista Andrés Cerón (1869-1871) reprimió militarmente a los insurgentes de su jurisdicción. Cumplida la degollina llamó a indulto general por medio de los decretos del 17 de septiembre y 18 de octubre de 1867.


24. La Guerra Civil en el Estado Soberano de Boyacá, 1871.

Los draconianos se levantaron en armas contra el presidente del Estado de Boyacá, Felipe Pérez. Hubo combates en Soracá y Paipa. El mandatario, vencido en Soracá, acudió a las leguleyadas. El funcionario convocó a la Asamblea Legislativa a sesiones extraordinarias, y solicitó del Poder Ejecutivo Federal: “El cumplimiento o efectividad del artículo 22 del pacto federal”. Este declaraba inmunes a los miembros de las legislaturas de los Estados por el tiempo que su respectiva Constitución determinase. El mensaje, con fecha 4 de febrero de 1871, está publicado en el número 1.212 del Diario oficial.

25. La Guerra Civil de 1875.

Los Estados Soberanos de Bolívar, Panamá y Magdalena se sublevan contra el Gobierno de la Unión. En agosto, los Estados de Panamá y Bolívar habían declarado oficialmente el inicio de hostilidades contra la Administración del presidente Santiago Pérez.

26. La Guerra Civil en el Estado Soberano del Cauca, 1876.

El motor de la trifulca es la campaña electoral de 1875-76. El presidente Pérez (radical) impedía las elecciones en contra de los liberales independientes. La respuesta generó un movimiento revolucionario en el Estado del Cauca contra el mandato de César Conto. Francisco Mosquera y sus guerrillas atacaban a las huestes liberales del radicalismo. Conto no podía pedir ayuda al Ejecutivo Nacional porque no había agresión externa. Los Estados conservadores definieron el asunto. Tolima y Antioquia invadieron el norte del Cauca. Sergio Arboleda se declaró presidente del Estado y Supremo Director de la Guerra (julio de 1876).


27. La Guerra Civil de 1876-1877.

El Gobierno liberal de Aquileo Parra (radical) declaró turbado el orden público general (16 de agosto de 1876) porque entendió que la invasión al Cauca no tenía por misión destronar a Conto. El objetivo era atacar al liberalismo. Las fuerzas conservadoras fueron vencidas en la batalla de los Chancos por el general Julián Trujillo (31 de agosto de 1876). Los derrotados se retiraron a Manizales para seguir en la lucha con nuevos refuerzos. Los godos perdieron el conflicto (5 de abril de 1877), pero ganarían el poder en 1880.

La revancha se hizo a lo colombiano. Jerarcas del Estado Vaticano y políticos nacionales se aliaron con un ateo, liberal, adúltero, envenenador, perjuro y bígamo llamado Rafael Núñez para aniquilar al Olimpo Radical (liberales y masones).

28. La Guerra Civil en el Estado Soberano del Cauca, 1879.

En el Estado Soberano del Cauca, los liberales independientes se arman y atacan a los liberales radicales. Las muertes comenzaron en marzo durante el proceso electoral. Los sitios afectados fueron Popayán y Quindío, entre otros lugares. Los seguidores del señor Ezequiel Hurtado (hurtadistas) no participaron en las elecciones del 2 y 9 de marzo de 1879.

La siguiente fase de ese período se conoce como la Revolución del 21 de Abril. La masacre se generalizó con la ayuda de los caudillos locales pertenecientes al Partido Independiente. Ellos se denominaron Jefes Civiles y Militares. Eliseo Payán, el día 22, se denominó Jefe Civil y Militar del Cauca. Los liberales independientes toman a Cali y ganan la partida. Se expidió decreto de amnistía para aquellos que reconocieran el nuevo Gobierno (decreto 28 de 1879).


29. La Guerra Civil entre los Estados Soberanos de Bolívar y Magdalena, 1879.

José María Ocampo Serrano y las tropas del Estado de Bolívar invadieron el vecino Estado del Magdalena (27 de mayo). Los combates se dieron cerca de la Cienaga. Los agresores ocupan Santa Marta y derrotan a los radicales.

30. La Guerra Civil en el Estado Soberano de Antioquia, 1880.

Los conservadores perdieron el poder en Antioquia después de la guerra de 1876. El mando regional quedó en manos de un liberal radical, el general caucano Tomás Rengifo. El oficial reemplazó al presidente titular, el general Julián Trujillo. Trujillo se marchó para ejercer la presidencia de los Estados Unidos de Colombia (1878). Los liberales antioqueños no querían a los liberales del Cauca, sus aliados.

En enero de 1880 Tomás Rengifo, presionado por los liberales antioqueños, se retiró del mando y dejó encargado a Pedro Restrepo Uribe, un comerciante de su entera confianza. Contra él se rebeló el escritor Jorge Isaacs apoyado por Ricardo Gaitán Obeso y otros militares foráneos.

Don Jorge se declaró Jefe Civil y Militar (28 de enero) y el primero de febrero, presidente provisional del Estado de Antioquia. No contento con aplastar a sus opositores arrestó al presidente Restrepo Uribe. El Gobierno de la Unión (Julián Trujillo) envió tropas para defender al gobernante depuesto. Isaacs se sometió y firmó, el 7 de marzo, un acuerdo de paz con Pedro Restrepo Uribe. La maniobra de Trujillo aseguró el voto de Antioquia para Núñez en el siguiente período presidencial (1880-1882).


31. La Guerra Civil en el Estado Soberano de Santander, 1884.

El 17 de agosto, el jefe liberal Ceferino Navas se declaró en abierta rebelión contra el presidente del Estado de Santander. El 10 de septiembre de 1884 se ratificaron los acuerdos de paz.

El Gobierno central por medio del decreto 1052 del 18 de diciembre de 1884 declaró perturbado el orden federal en los Estados de Santander, Boyacá, Cundinamarca, Magdalena y las provincias de Bolívar, situadas en la orilla del río Magdalena.

El 26 de diciembre de 1884, el presidente del Estado de Boyacá, Pedro José Sarmiento, informó al ejecutivo sobre la tregua: “… Estados Unidos de Colombia -Presidencia del Estado de Boyacá- número 196. Al ciudadano Presidente de la República: Tunja, diciembre 26 de 1884. Excelentísimo señor: “…Con la mira de salvar la paz nacional, de conservar la legitimidad -amenazada por la guerra- y las instituciones mismas, sin derramamiento de sangre, se celebró una exponsión entre los jefes de las fuerzas nacionales y las de la revolución, con intervención mía...”.

32. La Guerra Civil de 1885

“…El general Vargas Santos tuvo de conocimiento el primero ó 2 de enero de la violenta ruptura de la exponsión”, escribió Foción Soto en su libro Memorias sobre el movimiento de resistencia a la dictadura de Rafael Núñez 1884-1885. Las tropas nacionales invaden el Estado de Boyacá.

Los revolucionarios radicales se levantan contra la gestión del “Filósofo del Cabrero”. Los liberales son derrotados en la batalla de la Humareda. La Constitución de 1886 acabó con el Olimpo Radical.

33. La Guerra Civil de 1895.

El partido liberal patrocinó un movimiento armado para apoderase del presidente (22 de enero). En Facatativá se levantaron algunas partidas armadas. El 23 de enero se declaró turbado el orden público en los departamentos de Santander, Tolima, Boyacá y Cundinamarca. La providencia se extendió a toda la República el día 24 y la desgracia comenzó. (Liberales contra el sistema conservador). El 9 de noviembre de 1895, el decreto número 499 levantó el Estado de Sitio de la República. Se dieron indultos y excepciones. Fin de la furrusca.

Rafael Reyes, el Vencedor de Imposibles, a paso de huracán salvó a la República del motín liberal. Narrada así como suena de bonita la historia nacional, ¿no?, mi querido lector.

34. La Guerra “Incruenta y Pacífica” de 1899.

Según la revista El repertorio colombiano no produjo muertes, pero sí incontables pérdidas económicas.

35. La Guerra de los Mil Días, 1899-1902.

El 17 de octubre de 1899, en Santander, Paulo E. Villar y Juan Francisco Gómez iniciaron la revolución liberal contra el dominio conservador. La lucha duró 1.128 días. La contienda finalizó con “la derrota de Colombia”, tres tratados y de ñapa se perdió Panamá.

1. Tratado de Neerlandia. (Finca bananera ubicada entre y Cienaga y Aracataca, Departamento del Magdalena). Firmado el 24 de octubre de 1902.
2. Tratado de Wisconsin. (Acorazado estadounidense). Firmado en Panamá el 21 de noviembre de 1902.
3. Tratado de Chinácota. (Norte de Santander). Firmado el 21 de noviembre de 1902.


Los golpes de Estado. (Subieron de tres a seis).

1. El 17 de abril de 1854. El general José María Melo derrocó al presidente José María Obando.

2. El 29 de abril de 1867. El presidente Tomás Cipriano Mosquera declaró disuelto el Congreso y asumió como dictador.

3. El 23 de mayo de 1867. Santiago Pérez y sus áulicos tumbaron la dictadura de Mosquera. Asume la presidencia Santos Acosta.

4. El 9 de octubre de 1868. El gobernador del Estado Soberano de Cundinamarca, Ignacio Gutiérrez Vergara, disolvió la Asamblea Legislativa de Cundinamarca y militarizó la capital.

5. El 10 de octubre de 1868. El presidente de la Unión, general Santos Gutiérrez, depuso a Ignacio Gutiérrez de la Gobernación de Cundinamarca.

6. El 31 de julio de 1900. El vicepresidente José Manuel Marroquín le dio un golpe de Estado al presidente Manuel Antonio Sanclemente.

Los conflictos, incluidos las internacionales, son 34. Tuvieron ocurrencia entre 1812 y 1899. El promedio es macabro. En un lapso de 87 años se produjo una refriega cada 2,55 años. (No se contabilizó la decretada “guerra pacífica de 1899”).

En síntesis, el resumen suma y demuestra que las cuentas eran bien diferentes. El abuso de los perjurios banderizos es causa de mil olvidos patrocinados por los encargados de maquillar los sofismas. Los sepultureros de la Historia viven de homenajear estatuas. Oficio en que los acólitos de la trapisonda adulteran la verdad para ofrendarla a sus ídolos.