lunes, 25 de agosto de 2008

La victoria del fracaso

Farsolandia celebra sus derrotas.

El ridículo, lo grotesco, lo risible, lo incongruente, el esperpento, lo mezquino y lo insignificante son piezas fundamentales del chauvinismo muisca que se echó con las petacas.

Colombia anda de fiesta ante la avalancha derrotista que la identifica como el país perdedor por excelencia. El rumbo del descalabro la tiene vitoreando los reveces en los Juegos Olímpicos de Beijing (Pekín).

El amo de la mediocridad, el presentador deportivo del canal molusco gasterópodo, dedicó el noticiero a promover el evento de la infamia. La ciudad se convirtió en el bazar de los idiotas y beatificó a una deidad miserable. El quebranto enfermizo la poseyó con el delirio de un aquelarre pagano. La celebración, por perder el oro, dispuso la francachela de un desventurado carnaval.

El reportero, en un exceso de fantochería rocambolesca, entrevistó a la humilde madre del aniquilado. El televisor se apagó en un acto de dignidad porque no quería transmitir el cuestionario de la miseria: “¿Señora, qué sintió cuando vio a su hijo colgarse la medalla de plata?” “¿Cambiaría la casa de bahareque por una fiada…?”

Es increíble, pero la comarca lucha por descender del tercermundismo corruptor hacia el inframundo banal, lugar de las almas tristes. Lamentablemente esa conducta, de locos posesos, la pagan los profesionales exiliados. Las urbes civilizadas les cobran la algarabía folclórica y los usan para realizar tareas de sirvientas en los bares londinenses.


La opinión acusatoria, púa del engranaje verbal, no debería llegar hasta este reglón porque el paternalismo vernáculo tiene baja tolerancia a la crítica mordaz.

La diatriba encontró motivos para continuar. Durante una reunión informal en el Centro Cultural Rafael Videla una prostituta, voluptuosa e inoportuna, se atrevió a pedirme una editorial sobre las olimpiadas.

La fémina, en una jugarreta despiadada del destino, pasó por alto mi rechazo visceral por cualquier actividad hedionda a comunista asiático. La magdalena solicitó un rapapolvo para el rufianismo deportivo. Ella insistió en detrimento de la Ley Sálica… y nobleza obliga.

Ante tan hercúlea tarea recurrí al Comité de Normas y Ornatos para Damas y Señoritas. Allí encontré a Blanca, Carmelita, Clara, Violeta, Oliva, Alba, Pura y Celeste. La negra Hidelgunda servía el tradicional chocolate santafereño. Tuve la sensación de estar metido dentro de una palestra de Miró.

Saludé y expuse parte de la misión. Las matronas se miraron con aire de circunspección y al unísono contestaron: “Mijito, sumercé adorado es un querubín. No te preocupes por esas frivolidades”. Desde que dejaste de escribir para el periódico liberal eres la luz de nuestros ojos. Las directivas, de tan benemérita institución, son la percepción hecha razón.

-¿En qué te podemos servir?

-Necesito complacer a una ramera.

El preinfarto fue múltiple. Los anatemas, los juramentos y las penitencias con el Deán de la Catedral Primada no tardaron. Se acordó realizar una entrevista redactada.


La bella tarea, usada por los diarios del siglo pasado, tiende a hacia la literatura. Ante el imperativo conceptual se optó por lo simple, formular una pregunta y copiar la respuesta. Esto permitirá que los denuestos tengan un destino distinto al redactor.

El tema: ¿Qué opina de la participación de Farsolandia en los Juegos Olímpicos de Pekín?

Doña Blanca:

“-Esa ralea de patinchados y desgalamidos, además de fullera es ofensiva. A quién se le ocurrió el disparate de mandar chivatas desnutridas a que hicieran el papelón con el primer aplauso. Se atortolaron porque vieron a unos ojirasgados más taimados que la comitiva patria.

“Los aficionados a malbaratar el erario se colaron en el Interdepartamental de Turmequé y creyeron estar listos para descrestar a los anfitriones con sus corroscas vueltiadas. El resultado fue un desastre que se debatió entre la humillación y la fatalidad. Los aborígenes montaraces apenas son aptos para ir a competir en las luchas interveredales del Festival de Huitaca. Los patirrajados están acostumbrados a participar en clubes gallísticos de dudosa reputación y punto.

“Y ni hablar de la avejentada de la bicicleta. Duró tres años achajuanada y gimiendo para que le devolvieran un deplorable adminículo de bronce. Los jueces, cansados del lloriqueo montañero, le mandaron por correo la presea. Llegó a Pekín, fracasó y salió radiante a divulgarlo por los medios. Y amenazó con ir a los próximos juegos… ¿Qué tal la conchuda?

“Hermeregilda, tráigame la gotas de valeriana…”.


Doña Carmelita:

-Mi sol, ¿dónde piensas publicar esta denuncia?

-Mi buena señora en www.farsolandia.blogspot.com donde los adjetivos se atreven en contra de la malvada colombianada.

-“Por un momento pensé que eras del periódico de don Fidel donde engañan más que mitómano electorero. A propósito: ¿cómo así que la opinión es noticia? Si es así robaron a mi bisnieta en la universidad. El eslogan publicitario contradice más de dos centurias de periodismo profesional. El bello oficio no le pertenece a las casas editoriales. El arte de la palabra es la causa de los hombres libres.

“La opinión es un juicio que puede ser verdadero o falso. Para Platón la opinión (doxa) se opone al saber (episteme) y el proceso del conocimiento atraviesa estos campos. Sin embargo, ese conocimiento, basado en la apariencia y en el lenguaje debe superarse por el razonamiento y la intuición”.

-Misia, es una pena interrumpirle su disertación, pero el tema es sobre los Juegos Olímpicos.

-“¿Acaso no es lo mismo? Aquí juegan olímpicamente con los lectores. La opinión pública se debate entre el horóscopo y el escándalo presidencial del roscograma. El periódico lo venden para madurar los aguacates porque sus editoriales zurdas son como el estadio Nido de Pájaro, paja y mierda…”.

-Mi dulce damisela, la diferencia es que unos escriben, otros sudan y el resto aplaude.

-Varón epónimo, mi opinión no es noticia es un axioma.


-“Es el colmo de la lobería. Los badulaques salieron a la gachapanda a tomarse fotos con los esclavos de un sistema de harapientos. De cuándo acá los zarrapastrosos se gastan los viáticos en ir a rochelear junto a la Gran Muralla. Se parecían a los perros de Pávlov, babeaban cuando les mostraban las medallas… Los deberían multar por andar boquiabiertos.

“Posaron para la cámara cual domésticas endomingadas en el parque de la Independencia. Horror de los horrores… Mejor le doy la palabra a la directora porque la opinión de la gente de bien es un dogma”.

Doña Clara:

“-Mire, mi querido filipichín, particularmente no veo a los chocantes mequetrefes de la televisora porque son los motivadores de la calamidad. Ellos, cual provincianos de alpargate, quedaron boquiabiertos con el ‘cuento chino’. El paso de los oropeles, la bruma, la pólvora y el polvorete les obnubiló la conciencia atosigada por el hambre.

“Las trapisondas, en el festejo inaugural, son una muestra del uso excesivo del opio dentro del comunismo-capitalista. La mímica escondió el talento. La niña cantora fue desplazada por la imagen y las ‘huellas de luces’ son la síntesis de la tramoya oriental. Amigo, bastión de la cristiandad indivisa, copia mis quejas porque los rojos están sangripesados.

“Los bolcheviques me tienen espalda contra la pared. Esa perversa caterva de forajidos anda de fiesta y humareda. La horda de los impíos no cesa en su clamor criminal por vitorear la acción delictiva de la República Populachera China. Las arengas subversivas, pasión de las turbas, me produjeron otitis.


“Los parias no quieren admitir que los despreciables cómplices de la
Banda de los Cuatro hicieron trampa. Los esteroides, los sobornos, los plagios y las tenebrosas maniobras para ofender la razón de las justas son parte de sus logros dorados. En fin, estoy haciendo una colecta para financiar la gimnasia local con:

“a). Un cuaderno de ferrocarril para que hagan planas: ‘El fracaso rotundo no es un logro de la contagiosa malicia indígena’.

“b). La donación del Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre para que no ofendan a la humanidad con las mañas de los desgualetados.

Doña Violeta:

“-Señor cronista, si quiere ser bienvenido en esta noble morada no me hable de la medallita de plata otorgada a la fuerza bruta del hombre bestia, el aporte del atleta criollo. Además, los Juegos Olímpicos son para las sociedades amantes del espíritu helénico donde las derrotas se sufren y no se celebran. Lo insoportable del asunto es que recibirán a los traidores con vítores y no con mastines hambrientos”.

Las nobilísimas matronas Oliva Alba, Purita y Celeste sentenciaron: “Una entrevista encargada por una vulgar ramera no es digna de ser respondida por unas santas comadres”.

-Señoronas, la meretriz de Muequetá pidió ser la presidenta del Comité Olímpico de Farsolandia para que sus hijos aprendan a triunfar con “horrores prefiriendo a pérfida salud”.