miércoles, 14 de enero de 2015

Yo no soy Charlie Hebdo… soy un periodista...


Así que le ruego el favor a la recalcitrante izquierda del lápiz no usar la libertad de expresión para masificar sus actos de terrorismo intelectual, barbarie incruenta. Ese ataque propio de comunistas fanáticos es una vergüenza mundial.

La imagen y la creatividad no son armas para escudar las falencias morales detrás de los monigotes. Y no se olviden de que ofendieron gravemente a la cristiandad bajo la solapada protesta de su vileza.