martes, 25 de junio de 2013

El país desguarambilado y la televisión prepagada



The History Channel se anotó su primer falso positivo con la elección del señor Álvaro Uribe Vélez como el “gran colombiano”. Esa torta mediática no se la traga ni José Obdulio porque la banalidad lo intoxica.

Sin embargo, la subasta informativa, gestada por los negociantes del fraude, abrió una ventana a la esperanza. El ventarrón de la fanfarronería oreó el rincón de los mitos resabiados. De ese nauseabundo vértice de las democracias calentanas se expulsó a tres gigantes del fracaso mundial.

1. Se libró a Farsolandia del fantasma, adultero y entelerido, del mantuano Simón Bolívar. Ese sujeto se salvó de una solfa bogotana, el 25 de septiembre de 1828, gracias a los escandalosos aspavientos de su concubina quiteña. El caraqueño pudo huir y refugiarse en un pestilente caño urbano donde se encontró así mismo. Los rufianes de levita iban a coserlo apuñaladas por déspota, pero los conspiradores fallaron porque perder es una conducta integral del gen recesivo de la raza vencida. Entonces, la alimaña se encuevó entre los escritos de los amanuenses del sofisma.

Lo fantástico del asunto es que la desmemoriada amnesia nacional recordó, por algún fenómeno de sinapsis inhibitoria, que en su desvencijado sistema de almacenamiento de identidad había un efímero dato manchado de patria y al Longanizo lo cambiaron por una Pola. El sonido a lúpulo, que enajena a los zorreros, dignificó a doña Policarpa Salavarrieta, un hembra con ovarios de bronce y apodo de cerveza. Buen punto.

2. Farsolandia renunció a sentir esa insípida petulancia corroncha y lobísima por el cubano-mexicano autor de un Siglo de aislamiento. El arlequín de Aracataca, en una conspiración caprichosa del mundo premamerto, se ganó un premio Nobel en una rifa contra Borges. Por fin, este país analfabeto, cuyo mayor índice de lectura no alcanza a unas cuantas fotocopias prestadas por año, entendió que era un pecado intelectual sentirse orgulloso de tener a García Márquez entre el Censo Nacional Electoral. 

Y al cierre Farsolandia comprendió que don Manuel Elkin, el vendedor de una vacuna para engordar a las parasitarias moscas Anopheles, no es un personaje digno del aplauso embelequero. 
“…Entre 700.000 y 2,7 millones de personas mueren al año por causa de la malaria, de los cuales más del 75 % son niños en zonas endémicas de África. Asimismo, causa unos 400–900 millones de casos de fiebre aguda al año en la población infantil (menores de 5 años) en dichas zonas.
En mayo de 2007, la Asamblea Mundial de la Salud decidió conmemorar el 25 de abril el Día Mundial del Paludismo por cuenta de Patarroyo…” Esto según el oráculo del siglo XXI, mejor conocida en los bajos fondos académicos del copypage como doña Wikipedia, la amante del doctor Google.

En síntesis, sólo resta esperar la convocatoria uribista para una actividad pedestre (patoneada) en acción de gracias al indio amazónico por los favores recibidos. Es decir que la pecueca, made in China, se prepara para elevarle un pedestal a las mentiras de la gran Farsolandia madre de Simón, El Bobito, y nieta de la pobre viejecita.