lunes, 29 de junio de 2009

Uribe está culeco

El huevero mayor de Farsolandia sólo produce gallinaza.

En el Foro Internacional de Responsabilidad Social, Uribe el mayordomo de los mandatarios, recibió una frase síntesis de la desgracia nacional: “Presidente, usted tiene huevo”. Liliana Pardo, autora del momento, le entregó un huevo y agregó: “A nombre del movimiento Tiene Huevo Presidente, porque usted tiene huevo y se lo tiene merecido”.

Así se incubó otro instante patético en la nidada histriónica donde la mediocridad se cloquea. Al infamante percance, entre huevones, no le bastó con el ridículo público sino con la internacionalización del huevar. La huevonada le dio la vuelta al gallinero porque Álvaro cacarea su reelección.

A Uribe le faltaron huevos para manejar la situación. Si es un tirano, como lo tildan en la izquierda oligárquica del Polo, debió convertir en tortilla a la heroica criatura.

Si quería dárselas de pedagogo, pues zámpele un bofetón de padre y señor mío por irrespetuosa. Déle zurriago o en su defecto machete para estar a tono con las fiestas del San Pedro.

Si la opción era demostrar tolerancia, la salida digna requería nombrarla asesora de sus críos, Tomás y Jerónimo. El par de sujetos son conocidos en el bajo mundo con los alías de Tom y Jerry porque les encanta montar empresas de huevas.

Si necesitaba ratificar su dudosa condición de ser humano habría hecho bien al quitarse sus alas de pájaro (paramilitar) y aletear cual terodáctilo hambriento.


Si deseaba demostrar que el yoga combate la iracundia, bien podría haberla atragantado con el apéndice de la gallina. Eso es parte de la propedéutica democrática: Amordazar.

Nada. Uribe nunca coincide con el libreto de las comedias electorales. Cuando se espera un crimen espontáneo se ciñe a la babosada. Y cuando las babas reclaman la dignidad varonil del berrido, él sale con alegatos frondíos.

El incidente entrará a la historia de las nidadas porque huevonear es parte de las ponedoras muiscas. Si al menos el huevote hubiera ocultado una granada, pero sólo tenía una yema política. El obsequio me indicó que Uribe no es un déspota del tipo Juan Vicente Gómez porque este colgaba a los cuatreros de los huevos.

El bochornoso espectáculo no me aclaró una duda. ¿Autócrata o pollo capón? La respuesta la tiene la intrépida huevera. Ella posee más huevos que los terroristas de las Farc y menos que los estudiantes de la Universidad Nacional, modelo 1967.

La dueña de la huevería logró favorecer al sector avícola de la recesión económica de Farsolandia, que técnicamente no existe, porque los hueveros promociona sus ventas con el anuncio: “Cómpreme el huevo de Uribe”.

Los restaurantes de la plaza del Siete de Agosto ya ofrecen la mazamorra de criadilla y el caldo de raíz con revueltos al estilo la Casa de Nariño.

En Palacio, el Batallón Guardia Presidencial le rinde honores a la bandera cuando los gallos de la Candelaria cantan: “Uribe tiene huevo de avestruz”.