viernes, 29 de mayo de 2009

LOS AXIOMAS DEL COLOMBIANO RASO

La idiosincrasia de la colombianidad logró pervertir el libre albedrío en su fase operativa. El mal averió la conducta en grado superlativo. El fenómeno afecta las decisiones del sentido común sin importar los códigos éticos. La epidemia fue gestada por el estupro étnico caribe precolombino-íbero-morisco con el África subsahariana. La emergencia requiere soluciones inmediatas.

Mis amigos, en un gesto patriótico, iniciaron una cruzada para denunciar y exterminar al antagonista número uno del progreso mundial: La colombianada. Me uno a su gesta con un resumen axiomático de las manías que convirtieron la nacionalidad en una acusación inapelable: ¡Es colombiano!

1. La mediocridad. Es el patrimonio cultural e inmaterial de la Colombia mestiza.

2. La filosofía del subdesarrollo. El rebuscador piensa que la trácala, la trapisonda, el sofisma, la marrullería, el incumplimiento, el resabio, la malicia indígena y la falacia ladina son sinónimos de una inteligencia superior.

3. El indio taimado. Herencia muisca que indica la proximidad de una soberana calamidad. Requisito sine qua non para ejercer la preconcebida prerrogativa de gestar el meollo del caos.

4. Hacer la maña. Comportamiento perverso que inmoviliza al individuo y su adelanto social en un altanero círculo de vicios.

5. La tecnología chapucera. El técnico “todero” predica que las máquinas bien hechas se hubieran podido falsear. Las piezas de segunda y robadas ahorran los costos de producción.

6. El desecho foráneo. La moda decadente que llegue con décadas de tardanza a Farsolandia es una meta de avanzada.
7. La argucia de la justificación. Argumento que invita al parroquiano a idear un concepto inválido para instituir la derrota como el primer triunfo moral de su especie. (“Nos faltaron cinco centavos para el peso”).

8. La mecánica de la falsificación. Cualquier aparato en funcionamiento se debe convertir en una pieza inútil, costosa y ofensiva. El colombiano llama a ese adefesio recursividad.

9. La calumnia. Es el mayor logro de la credibilidad nativa. Esta imputación falaz es el arma de las sirvientas, pero es válida en los estrados judiciales.

10. La disculpa falaz. Teoría retardataria usada por los gremios del desastre. Este segmento poblacional ama el imperativo del error protervo. Fontaneros, zapateros, talabarteros, electricistas, mecánicos, obreros, carpinteros, sastres y demás tarmanganis son la obra manual de la anarquía. Ellos tienen una sola respuesta para explicar su perpetua capacidad para incumplir, desgraciar y mentir: “Fue que, que fue que…”. El único remedio es el fusilamiento in situ.

11. El soborno. Es la primera ley del Estado legalista. Es el alimento jurídico. El pasaporte al delito. La cédula del delincuente.

12. El Síndrome del Avispado. Esta patología es propia de la desgracia paisa y calentana. Los portadores del virus dicen que estafar al turista es una victoria económica. La estulticia folclórica insiste en que el ingenio vernáculo es digno de exportar. (Por algo las potencias mundiales los fumigan con glifosato).

13. La trilogía perversa. Mensajeros, porteros y secretarias son los líderes de la resistencia pasiva, los enemigos vitalicios del éxito empresarial. Mientras la dictadura de ese triduo nefasto exista, la aldea del TransMilenio será un proyecto de barrio.


14. Las frases del servicio al cliente. Son las normas diseñadas para desvertebrar a la esperanza: “Haga la colita”, “venga por la mañanita, “aguarde tantito”, “saque una fichita”, “le falta un sellito” y etcétera. El diminutivo anuncia la debacle.

15. Los verbos inolvidables. El uso de la sinonimia es obligatoria en la involución de la materia: Alterar, contrahacer, adulterar, desnaturalizar, falsear y corromper.

16. Los mandamientos de la moza (en colombiano, “ley mosaica”) fueron resumidos en versión popular.

a). Amarás la chambonada sobre todas las cosas bien hechas.

b). Asistirás a las fiestas de balde. Llegarás con unos compinches borrachos, vomitados y manilargos.

c). Conjugarás el verbo “moteliar” en Melgar. Esta etapa determina el paso del onanismo hacia el sátiro energúmeno.

d). Robarás al Estado y a tu prójimo como a ti mismo.

e). La ensalada del melón de árbol: “No dar papaya y no perder papaya”. Es la máxima de la civilización del machete.

17. El servilismo. Acto socarrón previo a una venganza romana.

18. La paradoja del mentiroso: “Mienten cuando dicen la verdad”.

19. El aullido del lobo. Condición arribista del traqueto espurio donde impera el embuste escandaloso.

20. El tiempo futuro. Mañana es la historia de Farsolandia porque la única memoria que se conserva es la amnesia.