miércoles, 24 de febrero de 2010

La ira de las guarichas


El Grupo de Río llegó a la cumbre del estupor turulato. La grotesca pendencia entre coperas mostró la esencia de la tierra del olvido, un fundo ubicado al sur de la civilización del cowboy.

El dúo de bribones sacó a flote el infortunio étnico de los sujetos criados por los antropófagos caribeños. La dimensión de la vergüenza creció hasta imponer el anatema de un silencio radical.

El Tercer Mundo paga por ver la cuota de circo con eunucos, pero por un acto superior de la libertad de prensa latinoamericana la función fue censurada.

El escenario posible es el siguiente:

En la esquina oriental de la barriada del sector 23 de Enero está Chávez, el efebo de Raúl Castro… En la esquina occidental de la comuna cocalera permanece Uribe, el Chalán Paraco.

Suena la sedición y las vecinas vociferan sus jergas de aguateras de San Victorino.

1. El matacán del Uribe se bajó de la silla del comedor. Se metió un tenedor entre la pretina del calzón y correteó, echando espumarajos, al zambo bochinchero a tajos de barbera. Las concubinas intervinieron para evitar el escándalo propio de un juzgado promiscuo municipal.

2. Las suripantas se jalaron las mechas y se revolcaron en el lodo cual estriptiseras celosas en finca de traqueto.

3. Los dos gamonales hicieron alarde de la esgrima de bordón. El guayacán o “terapeuta familiar” fue usado por Uribe para intentar abrirle una chaguala en la crisma a don bobo-livari-ano.
4. La diatriba furibunda contra el mulato cimarrón estuvo sazonada con denuestos fulleros como: “el chancroide, la granuloma inguinal y la linfogranuloma”.

5. El conato de guachada se originó por salivazo al piso y un reto de: “pise la raya y lo rayo, garnúplea.

6. Chávez quiso manosearle los glúteos a don Uribe. El paradigma de montañero atravesado desenfundó su Colt 45 e intentó aplicarle un falso positivo tipo seguridad democrática.

7. El par de truhanes se dieron en la jeta al mejor estilo de la movilidad bogotana. El chofer de buseta se lanzó energúmeno contra el taxista marrullero. La furrusca se caracterizó por utilizar las más nobles y vernáculas piezas de la hoplología muisca. La lid del niquelado, cruceta grasienta contra varilla oxidada, echó chispas.

8. El drama patibulario comenzó cuando se boleó cadena de bicicleta sobre la mesa. Maniobra propia de los camorreros de chichería. Las populares escenas son el reflejo de dos presidentes con almas ladinas y latinas.

9. La barrabasada se inició porque Uribe le eructó en la oreja izquierda a Chávez. La bestia castrista, ofendida, contestó con una apestosa flatulencia. La OMS los obligó a una evacuación de emergencia.

Lo último que se oyó en la sancochería de Playa del Carmen, (México) fue: “A la salida nos vemos y te zampo una muñequera”. “Marica, lo espero en la frontera y le azuzo a Rasguño”.

“Fidel, Uribe me quiere pegar”… y Chávez lloró cual petatera en comisaría de policía. Fin del histórico episodio entre los hijos bastardos de Santander y Bolívar.