martes, 9 de febrero de 2016

“Nopifias”, el periodismo del ocaso


Los medios masivos de comunicación de Farsolandia, La Pacifista, obtuvieron un premio para las incógnitas morales del fraude legal. Los noticieros informan sin periodistas. El superior oficio de la palabra quedó relegado a ser el proxeneta de una imagen desnuda de toda idea formal.

Así, los enloquecidos muiscas por el posconflicto asesinan sus neuronas sin usar los barbitúricos, que sustentan la economía de la Nación. Solo consumen una sobredosis de noticiero al mediodía.

Allí encuentran al patrullero de la alharaca con sus frases de reportería  aérea: “Vamos volando por el aire”  y “que visibilidad ve, capitán”.

La intrepidez mediática solo es superada por el sigilo de los ladrones que asaltaron la droguería de doña Rita. El ratero entró al establecimiento armado para posar ante la cámara de vigilancia, lo cual garantiza que nunca lo podrán identificar los servicios de inteligencia del Estado.

Ese material, propio de una empanada bailable, es la primicia informativa para la cual hoy reclamarán el premio “Manecita Rosadita de las Maméricas”.

El auto de fe contra el alma del televidente no finaliza con ese monumento a la chabacanería llevada al extremo de la banalidad. Queda el informe especial donde aparece la señora que intentó suicidarse con un teléfono móvil y terminó grabando a la moza de su marido entre el vehículo de su tinieblo.

Es hora de oficiar el réquiem por la cátedra sagrada. Los turiferarios e hijos de la silicona insisten en matarla diariamente con las imágenes prestadas por un vecino de la tienda de condones. Primicia digna de un aplauso en la gala de las cortesanas.