lunes, 23 de marzo de 2015

El suplicio del progreso.



Cuando se escriba la historia extensa del fraude nacional, el infierno vomitará denuestos contra los gobernantes de la Patria Boba. 

El averno regurgitará, entre sus improperios, la anarquía de una movilidad enfermiza, cuyo caso se ilustra para vergüenza del sentido común.

El SITP (Sistema Integrado de Transporte Público) no reemplazó a la humilde ruta de la buseta Laches-Dorado que pasaba por el Chapinero viejo, vía al Santuario de la Peña. Recorrido que incluía un agradable paseo por los bosques de la salida para Choachí, lejos de la contaminación. A ese trazado lo mató el diseño de la urbe decadente. 

Para intentar saber cuál era la opción vehicular vigente para volver a la Peña se ingresó a la página web del SITP. Dos horas después de una charla-súplica, vía chat, se obtuvo la información:

El programa no sabe que el Santuario de Nuestra Señora de la Peña existe porque su visión sindical solo alcanza hasta la plaza de Longanizo o de “Bobolívar”. Este dato se supo cuando se asignó la ruta 544B que pasa por la carrera 17 con calle 63B y lo deja en Monserrate,  a dos cerros de distancia del objetivo.

Al cabo de dos horas de Internet se logró que entendieran que el usuario no viajaba para la cima de Monserrate sino para la ermita de Nuestra Señora de la Peña, un toponímico distinto y distante.

La encargada orientó, de acuerdo con las avanzadas aplicaciones de su computador, el siguiente plan:

Diríjase a la carrera 13 nro 54-74, en horario de 7:00 a.m. a 4:30 p.m. Compre la tarjeta Tullave por 3.000 pesos. Siga hacia su destino a pie, en buseta o en taxi hasta la calle 19 o devuélvase de la misma forma a la calle 63 con carrera 16. Allí espere el bus de la ruta 142. Luego se baja en la calle 19 con carrera 16A para tomar la ruta C125. Esta tiene un incremento de 300 pesos en hora normal y lo deja en el CAI del barrio Los Laches.

Recuerde que antes de usar el bus C125 debe caminar, tomar buseta o taxi para ir a recargar su tarjeta. Hágalo en algún punto de la fase tres de Transmilenio (carrera décima o calle 26) porque el saldo que tiene no le alcanza para devolverse a su lugar de residencia. Y no se olvide que la C125 lo dejará a 10 minutos a pie de su destino primario… 

La desgracia, costosa e incompetente, es otro ataque aleve contra los ciudadanos de las comunas orientales del norte y del centro de la capital por parte de la Bogotá cubana. 

¿Por qué no se dejó la misma ruta Laches-Dorado para los buses del SITP? Porque la tara mamerta impuso el insolente golpe de la hoz y del martillo, herramientas de los obreros del crimen ideológico. 

Entonces, llamar a ese resabio motorizado: “sistema integrado” supone una burla soez contra el principio de involución de una aldea que aspira a descender del Tercer Mundo al Séptimo.

La solución al descalabro es similar a los comparendos pedagógicos que les coloca la Policía a los usuarios mamados de los articulados. El agente los detiene y los pone a escribir planas que dicen: “No debo colarme en Transmilenio”.

Ese mismo formato de protesta civil se debe implementar en las próximas elecciones. “No debo votar por un comunista fanático para alcalde de Bogotá”. 

“No debo votar por un comunista fanático para alcalde de Bogotá”. 

“No debo votar por un comunista fanático para alcalde de Bogotá”. 

“No debo votar por un comunista fanático para alcalde de Bogotá”. 

“No debo votar por un comunista fanático para alcalde de Bogotá”. 

“No debo votar por un comunista fanático para alcalde de Bogotá”.