lunes, 9 de junio de 2014

El sepulturero de la guerra



El mayordomo de Farsolandia grita enardecido paz sobre las tumbas de un país corrompido. Su saliva ponzoñosa aglomera al tumulto en su escenario de sombras, deformidad grotesca de la demagogia. Él suplica ejecutar la condena horrible del tirano comunista. Pide ser alimentado con las sobras de los carroñeros. Oscura debilidad del orate extorsionado por el molde del populismo.

Las urnas, refugio desesperado del vicio electorero, son el ataúd de la conciencia. Lugar donde el sofista legaliza el engaño. Victoria del fraude.

Los corifeos de su campaña reptan. Sus gargantas insolentes vitorean la monarquía de la miseria. Sus hediondas túnicas de lacayos se inclinan ante la catástrofe del homúnculo cubano.

La fiebre amarilla, ideología pútrida, arrastra con el fanatismo de su ignorancia a las bestias de cabestro. Inflexibles y fatídicos vitorean delirantes a los signos más viles del averno, la hoz y el martillo.

Paz es el nombre del soborno con sabor a mermelada. Las nupcias del rapaz contra el erario se preparan para el saqueo en la revuelta de los chacales. La euforia de su mal inocula el germen de la paz que se negoció en un burdel del Caribe bajo la alevosía de un campamento de forajidos.

La debilidad moral irá a depositar su voto en la cloaca de la cleptocracia para premiar la dictadura de la mediocridad. Yugo encallado en el lomo del pueblo servil.

Él, el déspota histórico, entonará el himno de las cortesanas ante el trono irreductible de la Patria adúltera. La corrupción no capituló. La complicidad encadenada a la fraternidad del crimen triunfó sobre la verdad asesinada por una dupla infame de sicarios, las urnas de la paz.


3 comentarios:

LEONARDO dijo...

Y yo que que me preguntaba... ¿Cómo será la actualidad política colombiana? ¿Cómo resumirla?

el observador dijo...

Nada es tan terriblemnte deprimente como Farsolandia de fiesta electoral

GERMAN dijo...

Yo hago la venia ante tu gran pluma y santifico tu capacidad profética; y sin la misma altura, por supuesto, solo puedo decir…:



El empalador del carriel

Al amparo de las sombras retrecheras de la trampa y la falacia artesanal, el gamonal del Ubérrimo de la muerte se bajó la bragueta, sacó su conciencia perturbada, por su padre maltratador, y engendró otro de sus demonios: alias el zorro.

El nuevo títere tembloroso vomita sus venenos biliares, con los miedos propios de la ineptitud, mientras abajo, la democracia excremental danza arrogante hacia la urna funeraria de su destino bulímico.

El abominable empalador del carriel y sus esbirros paisas se alimenta del terror venidero, para disfrazar, otra vez, de horror y falso positivo al inocente fulanito que osó nacer en la pobreza. La imagen ganadora del zorro, les sugiere las orgías sodomitas de sus costumbres de vencedores.

Aquellos lixiviados del Ubérrimo creen que invistiendo la paz de acto comunista, podrán enterrar más su bota paraca en la retaguardia proletaria e inútil de los farsantes apátridas que constituyen el abstencionismo.

Tenebrosas carcajadas harán estruendo tras bambalinas, cuando tirios y troyanos arrojen por enésima vez a Onán sobre la tétrica y desvencijada Farsolandia, para que esta se deleite en su propia argucia, atragantada de pusilanimidad y ruindad.